Hoy 15 de Octubre se celebra el día internacional de la mujer rural, una
fecha necesaria dada la invisibilización y olvido que sufren las mujeres que
viven en las zonas rurales.
A nivel mundial solo el 1% de la tierra es propiedad de
mujeres en nuestro país alcanza el 28,8%, sin contar con otro tipo de
explotaciones situadas también en el medio rural donde los datos son similares.
Esto se traduce en que el trabajo de la mujer se considera una “ayuda”, un
complemento y por tanto no está ni reconocido, ni remunerado. Las mujeres de
las zonas rurales no reciben ingresos por sí mismas sino que lo hacen a través
de hombres impidiendo cualquier atisbo de independencia. De hecho la situación
es tal que en 2011 se introdujo en España una ley para la cotitularidad de las
tierras a la cual apenas unos centenares de mujeres se han acogido, la igualdad
legal no implica la real y en este caso hay mucho trabajo pedagógico que
realizar antes de que iniciativas como estas puedan tener un efecto positivo.
La realidad es que las zonas rurales están cada vez más
abandonas, con la excusa de la crisis económica hemos vivido un recorte de
servicios públicos imprescindibles en estas zonas. Este recorte de servicios
afecta más directamente a las mujeres pues somos las principales usuarias. Así
la ausencia de un transporte público va a colaborar en el aislamiento de estas
mujeres y acrecentar la dependencia con respecto a los hombres. Más aún son las
mujeres quienes en mayor medida trabajan en el sector servicios, afectándolas
estos recortes no solo como usuarias sino como trabajadoras.
Este abandono de las zonas rurales lleva a las mujeres a
decidir entre emigrar o quedarse sabiendo que se va a trabajar como cuidadora o
como “ayudante” sin remuneración y sin ningún tipo de derecho laboral. Esto
está llevando a la mayor parte de las mujeres, sobre todo jóvenes a emigrar a
zonas urbanas.
Esta serie de situaciones provocan que la división sexual del trabajo este mucho más marcada en las zonas rurales.
Esta serie de situaciones provocan que la división sexual del trabajo este mucho más marcada en las zonas rurales.
Además no podemos olvidar el papel que juega el
capitalismo en cuanto a abandono de las mismas. Las mujeres en las zonas
rurales trabajan de forma totalmente gratuita suponiendo un beneficio total el
sistema de producción capitalista que utiliza al patriarcado como sistema de
opresión para mantener la desigualdad y dependencia que impide a estas mujeres
ser dueñas de sus propias vidas.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España
reclamamos el derecho de toda la clase trabajadora a tener una vida digna en su
tierra. Reclamamos también la igualdad real entre mujeres y hombres ¡Ni
capitalismo ni patriarcado!