domingo, 27 de julio de 2025

La sentencia sobre la Red de Calor de Compostilla confirma años de irregularidades urbanísticas y una forma de gobernar al margen del interés general

 


El Partido Comunista de España en El Bierzo considera de extrema gravedad los hechos ratificados por la sentencia del Juzgado Contencioso-Administrativo nº 2 de León, que anula las licencias urbanísticas concedidas por el Ayuntamiento de Ponferrada a la Red de Calor promovida por SOMACYL en el barrio de Compostilla. La resolución judicial ordena el cese inmediato de toda actividad, la paralización de las obras y condena en costas al Consistorio, al constatar la ilegalidad estructural del proyecto.

El PCE de El Bierzo recuerda que desde hace años ha venido denunciando públicamente las irregularidades urbanísticas en este proyecto, así como el uso fraudulento de licencias provisionales para favorecer intereses privados en otros puntos del municipio. En mayo de 2022 ya advirtió que la Red de Calor presentaba graves deficiencias legales y que una eventual anulación judicial trasladaría la responsabilidad a SOMACYL y al propio consistorio.

A juicio del Partido Comunista, la sentencia revela una forma de actuar sostenida en el tiempo, basada en el fraccionamiento artificial del proyecto, la ocultación deliberada de su alcance real, la elusión de tributos municipales y la ocupación del dominio público sin el título habilitante necesario. La justicia constata además que la Administración local fue plenamente consciente de la magnitud del proyecto y, sin embargo, optó por tramitarlo de manera parcial y opaca.

El PCE señala también las claras responsabilidades políticas que se derivan de este proceso. El PSOE fue quien gobernaba el Ayuntamiento cuando se concedieron las licencias anuladas. El Partido Popular, desde la Junta de Castilla y León, impulsó el proyecto a través del consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones. En ambos gobiernos "y como ya es habitual en asuntos oscuros" se encuentra también el voto de Coalición por El Bierzo. Por otra parte, Podemos se abstuvo ante un hecho irregular siendo consciente la formación morada de que la central se situaba al margen de la ley, tal y como reconoció su portavoz en la última nota de prensa, en la que corroboró su participación.

Para el Partido Comunista, estos posicionamientos evidencian una connivencia institucional que ha permitido durante años el avance de un modelo especulativo y opaco. Creen que esto forma parte del funcionamiento normal del capitalismo, en el que los organismos del Estado son utilizados como instrumentos de las empresas privadas para maximizar sus beneficios. La novedad para el PCE es que las instituciones "se salten sus propios marcos legales". 

El PCE de El Bierzo considera que no basta con renunciar a recurrir la sentencia. El Ayuntamiento de Ponferrada debe reconocer las ilegalidades cometidas y rectificar el proyecto en su conjunto. Esta rectificación debe partir de un nuevo procedimiento administrativo con todas las garantías legales, transparencia y participación ciudadana. Para el PCE es además imprescindible rediseñar el proyecto como una verdadera red mallada de calor, ya que con la configuración actual una avería puntual podría suponer una parálisis total de la red.

Del mismo modo, el Partido Comunista exige la apertura de una auditoría pública que analice en profundidad tanto la financiación del proyecto como el uso de fondos europeos en su ejecución. Considera igualmente imprescindible la depuración de responsabilidades políticas. En ello irían incluidos los responsables de las gobiernos municipales implicadas para que aclaren "hasta qué punto eran conocedores de las ilegalidades". Además, el PCE reclama la modificación urgente del Plan General de Ordenación Urbana de Ponferrada, que permanece desfasado y sobredimensionado en relación con la realidad demográfica actual, así como el fin del uso sistemático de licencias provisionales en suelos no desarrollados.

El Partido Comunista de España en El Bierzo concluye que esta sentencia no es un episodio aislado, sino el resultado previsible de un modelo urbanístico basado en la excepción, la arbitrariedad y el favorecimiento de intereses particulares. El fallo judicial constituye una oportunidad para romper con esta lógica y recuperar una planificación urbana democrática, sostenible y al servicio del interés general. Según el PCE, la política urbanística no puede "situarse al margen de la planificación democrático del dominio público" y este caso constituye un claro ejemplo de que "cuando gobiernan los intereses privados pierde la ciudadanía".