La formación señala que
aunque formalmente entre sus criterios de selección dan preferencia a aquellos
municipios más afectados por los efectos de esa transición energética, en la
práctica, afirman, “no irán destinados a estos ayuntamientos”.
Desde el PCE apuntan
que en los municipios mineros la industria agroalimentaria está poco
desarrollada, con excepciones muy puntuales. “Además, son zonas cuyas
características orográficas, climáticas y productivas no son las más idóneas
para este tipo de sectores”. La organización presupone que los fondos
finalmente “se destinarán a otros municipios, de zonas colindantes, pero no las
zonas afectadas por el cierre de la minería del carbón, con lo cual no
cumplirán los objetivos, más allá de los propagandísticos de la Junta”.
La formación también
señala que se utilizan fondos ordinarios tratados como si fueran de
dinamización de las zonas mineras. “Es una duplicidad presupuestaria. Cómo si los
municipios mineros no tuviéramos derecho a infraestructuras e industrias de
forma directa y complementaria a los fondos ordinarios. Y encima mal
territorializados”, señalan.
De forma retórica se preguntan
“¿Por qué el Plan que pretende reindustrializar las cuencas mineras se presenta
en Salamanca? ¿No será que se quieren utilizar los fondos que vienen de la UE
para otros objetivos, zonas y territorios?”.
“¿Para cuándo la Junta
se va a dar cuenta que la política de subvenciones a empresas privadas sin
criterio ni planificación no ha funcionado? ¿Cuándo va a apostar la Junta por
una planificación de la reindustrialización con objetivos concretos y
evaluables? ¿Por qué no se opta por la inversión pública ante el fracaso de la
iniciativa privada?” Son preguntas que lanza Isabel Maroto, ante el
escepticismo que produce en la formación que se sigan cometiendo los mismos
errores del Plan Miner.
“Esto solo está
generando más frustración, menos reindustrialización y ninguna transición,
mucho menos justa”, concluyen desde la formación.