“Si la primera parte de la ciudad del dólar fue trágica, ahora la historia se repite como farsa.”
La crónica de los
últimos años describe la Ponferrada de los años 40 y 50 como un revulsivo
económico gracias al carbón y al wolframio que traían, con casi un siglo de
retraso, la revolución industrial al Bierzo. Una burguesía incipiente construyó
entonces nuevos edificios y negocios en los que se cerraban acuerdos
comerciales como un símbolo de la prosperidad y progreso. Se cuenta que las
transacciones se realizaban en dólares, por lo que Ponferrada se bautizó como
"La ciudad del dólar". Con estas premisas no es extraño que quienes
reivindican el legado de la ciudad del dólar escriban el lado más dulce.
Sin embargo, este mercadeo era ajeno a una mayoría de ponferradinos que el único Dólar que veían era un céntrico prostíbulo, un curioso detalle que algunos aduladores de este pasado han olvidado convenientemente.