
De este
modo, las empresas podrán no sólo eludir el derecho a la huelga de sus
trabajadores sino amenazar con la pérdida del trabajo ya que ahora será el
cliente quien pueda prescindir por entero de los trabajos de la empresa en
huelga, premiando así a las plantillas dóciles y dificultando la estrategia
sindical en una economía de servicios como la española.
Desde la
UJCE denunciamos este recorte a los derechos de las trabajadoras que no es sino
es otra gota más en la campaña descarnada contra la organización de la clase
trabajadora. Las grandes dificultades que el capitalismo impone a la clase
trabajadora para el acceso al trabajo (en el caso juvenil, más de un 40% de
paro) se complementan con la criminalización de la protesta a través de las
leyes represivas del Estado y la connivencia de la justicia reforzando el
sistema de precariedad impuesto por la oligarquía, dificultando el legítimo
derecho a la reivindicación de mejores condiciones de trabajo.
No
obstante, por mucho que la oligarquía intente detener el avance de la clase
trabajadora, más decidida será la marcha.
Contra su represión y su miedo, organización y lucha
en los centros de trabajo y en las calles.
¡La lucha es el único camino!