“El resurgir de la Avenida La Puebla y de
los negocios de esta emblemática calle” Así es como calificó nuestra
ilustrísima alcaldesa la apertura del Hotel ALDA Centro (antiguo hotel Madrid).
Para pocos es conocido, que en la cabeza de la señora Merayo, ronda un proyecto
casi divino, que presupone que la reapertura del mítico hotel devolverá a
Ponferrada a su puesto de Ciudad del
Dólar, puesto en el que la dejó aquel socio suyo, condenado por acoso
sexual y promotor de una burbuja inmobiliaria que reventó en la cara de todos,
excepto en la suya.
Lo cierto es, que la anárquica evolución urbanística
de Ponferrada, responde a un patrón cuyas bases se asientan en el desarrollo
económico de la Comarca. Es bien sabido para los ponferradinos, que el barrio de “La Placa”, debe
su nombre a la placa giratoria construida para la reparación de trenes; o que
el barrio de Compostilla se conoce como “Poblado de Endesa”, por la central
térmica de esta empresa.
Si nos remontamos en el tiempo, podemos
retroceder a un Bierzo, en el que se registraban decenas de explotaciones
mineras, cuyas materias primas, ya fueran carbón o hierro tenían por destino Ponferrada. Los procesos de
transformación de estos minerales, movilizaban en Ponferrada a gran parte de su
masa obrera, ya fueran trabajadores sin especialización o ingenieros. Claro
está que toda aquella gente demandaba
tiendas de alimentación, farmacias y fábricas
de gaseosas que tuvieron que asentarse allí donde había hueco, es decir al
otro lado del puente Cubelos… Así es como a partir de los años 40, la antigua y
descolocada paleociudad comenzó su proceso de expansión, esta vez de forma
relativamente ordenada. También, llegó esa famosa cadena textil, que ahora nos
abandona y que arruinó a gran parte de las sastrerías debido a sus competitivos
precios patrocinados por la explotación laboral.
En 2008 comenzaba el desastre, comandado por la
construcción, a la que sucedieron los cierres de minas, los vaivenes de ENDESA,
y los EREs en Roldan. Y aquí está el quid de la cuestión. Sin masa obrera, ¿quién
va a comprar en las tiendas de la Puebla? ¿Los turistas que alojen unos días en
el Hotel?
No, señora, no va a haber ningún resurgir,
aunque ponga muchas luces y música en Lazúrtegui, o haya muchos bancos y ferias
en la Puebla.
Para que haya un resurgir, hay que apostar por
la historia: hay que apostar por la industria pesada, por el sector
agroindustrial y por plantarle cara a ENDESA, quitándole lo que nos pertenece,
si es necesario. Julio Lazúrtegui (el señor) no querría música, querría que El
Bierzo se convierta de nuevo La Pequeña
Vizcaya.