miércoles, 23 de mayo de 2018

La puebla como metáfora de Ponferrada y El Bierzo


El resurgir de la Avenida La Puebla y de los negocios de esta emblemática calle” Así es como calificó nuestra ilustrísima alcaldesa la apertura del Hotel ALDA Centro (antiguo hotel Madrid). Para pocos es conocido, que en la cabeza de la señora Merayo, ronda un proyecto casi divino, que presupone que la reapertura del mítico hotel devolverá a Ponferrada a su puesto de Ciudad del Dólar, puesto en el que la dejó aquel socio suyo, condenado por acoso sexual y promotor de una burbuja inmobiliaria que reventó en la cara de todos, excepto en la suya.

Lo cierto es, que la anárquica evolución urbanística de Ponferrada, responde a un patrón cuyas bases se asientan en el desarrollo económico de la Comarca. Es bien sabido para los  ponferradinos, que el barrio de “La Placa”, debe su nombre a la placa giratoria construida para la reparación de trenes; o que el barrio de Compostilla se conoce como “Poblado de Endesa”, por la central térmica de esta empresa.

Si nos remontamos en el tiempo, podemos retroceder a un Bierzo, en el que se registraban decenas de explotaciones mineras, cuyas materias primas, ya fueran carbón o hierro  tenían por destino Ponferrada. Los procesos de transformación de estos minerales,  movilizaban en Ponferrada a gran parte de su masa obrera, ya fueran trabajadores sin especialización o ingenieros. Claro está que toda aquella gente demandaba  tiendas de alimentación, farmacias y fábricas de gaseosas que tuvieron que asentarse allí donde había hueco, es decir al otro lado del puente Cubelos… Así es como a partir de los años 40, la antigua y descolocada paleociudad comenzó su proceso de expansión, esta vez de forma relativamente ordenada. También, llegó esa famosa cadena textil, que ahora nos abandona y que arruinó a gran parte de las sastrerías debido a sus competitivos precios patrocinados por la explotación laboral.

En 2008 comenzaba el desastre, comandado por la construcción, a la que sucedieron los cierres de minas, los vaivenes de ENDESA, y los EREs en Roldan. Y aquí está el quid de la cuestión. Sin masa obrera, ¿quién va a comprar en las tiendas de la Puebla? ¿Los turistas que alojen unos días en el Hotel?  
No, señora, no va a haber ningún resurgir, aunque ponga muchas luces y música en Lazúrtegui, o haya muchos bancos y ferias en la Puebla.

Para que haya un resurgir, hay que apostar por la historia: hay que apostar por la industria pesada, por el sector agroindustrial y por plantarle cara a ENDESA, quitándole lo que nos pertenece, si es necesario. Julio Lazúrtegui (el señor) no querría música, querría que El Bierzo se convierta de nuevo La Pequeña Vizcaya.