
A pesar de las bochornosas intervenciones de Ciudadanos y PP, que continúan la senda de criminalización de la pobreza y la ocupación por necesidad, y a pesar de no contar en un inicio con todos los apoyos necesarios, ha sido la presión social la que ha conseguido poner en el centro del tablero el derecho a la vivienda en el Congreso.
Un paso histórico para la sociedad y para este movimiento por la vivienda digna, que se deja la piel en cada acción, asamblea o desahucio.
Sin embargo, debemos alertar que los trámites parlamentarios pueden hacer demorar la ley indefinidamente, así como desvirtuar su contenido, como ya ocurriera en 2013 con la ILP que recogió más de un millón y medio de firmas y lo que finalmente se aprobó (el famoso decreto de “buenas prácticas bancarias”) fue poco más qué papel mojado, que no mejoró la situación de emergencia habitacional que sufrían las familias.
Es por ello que hacemos un llamamiento a toda la sociedad a no cejar en la presión sobre las instituciones; será imprescindible nuestro empuje para que esta ley se apruebe sin ambajes y se garantice que “las 5 de la PAH” quedan escrupulosamente recogidas (acabar con los desahucios sin alternativa habitacional, creación de un parque de vivienda público con alquileres sociales, regulación del alquiler asequible y estable y que no haya cortes de suministros).
Llamamos a fortalecer el movimiento por la vivienda digna (desde la PAH a los sindicatos de inquilinas) y a sumarse a todas las acciones que se promuevan desde estos espacios, que día a día consiguen mejorar la vida de las familias afectadas, analizar las causas, dar la batalla y trabajar por generar saber colectivo, demostrando que sí se puede.
El PCE y la UJCE seguiremos con el movimiento por la vivienda digna y les hacemos llegar nuestra solidaridad y apoyo en su lucha, en todas las acciones venideras para tratar que esta ley sea aprobada en su totalidad. Sigamos luchando por hacer efectivo el derecho a la vivienda digna.
¡Sigamos a la ofensiva por una vivienda digna!