Faltan 300 días para el
cierre de la central térmica de Compostilla II. A menos de un año para su
clausura el Partido Comunista de El Bierzo quiere alertar sobre “la falta de
compromiso de los distintos gobiernos. La inexistencia de medidas reales para
la recolocación de los trabajadores y de reindustrialización para la comarca”.
La secretaria política
del PCE en El Bierzo, Isabel Maroto, denuncia que “lo que el gobierno ha
vendido cómo Transición Justa, no es
ni Transición, ni es Justa, sino un cierre sin alternativas”. Maroto ha querido
señalar el nefasto papel que la multinacional ENDESA está jugando con sus
trabajadores. Especialmente con las subcontratas, "dejando en la calle 180
familias, con el visto bueno del Gobierno de Sánchez y la Junta de Castilla y
León", señala. Para la organización es una prueba de que “la privatización
de empresas públicas y la gestión privada de sectores estratégicos, como la
electricidad, sólo redunda en beneficios para pocos. La mayoría lo sufrimos con
tarifas más caras, peores condiciones laborales y falta de alternativas para
comarcas como la nuestra”.
En julio el PCE
organizó un encuentro en el Congreso de las auxiliares de Compostilla con
Enrique Santiago, diputado de Izquierda Unida en el grupo de Unidas Podemos,
para denunciar el futuro incierto a menos de un año del cierre. Los
trabajadores trasladaron sus propuestas al dirigente comunista que pasan por un
Plan Social (bolsas de trabajo con empleo estable y de calidad), trabajar en
labores de desmantelamiento, “Contador 0” del paro para Auxitrans tras los EREs
y coeficiente reductor de la edad de jubilación para colectivos vulnerables,
alrededor del 80%.
El PCE ha querido poner en valor la
lucha de los trabajadores de las subcontratas: “la acampada de más de 200 días a
las puertas de la central es un símbolo de la dignidad obrera, un referente
para el resto de trabajadores y trabajadoras de El Bierzo”.
Maroto exige que tanto la Junta como el
gobierno central se tienen que comprometer con las “tres R: Recolocaciones,
Reindustrialización y Renacionalización”, al tiempo lanza
una batería de propuestas, en las que el sector público, liderado por las SEPI,
debe jugar un “papel fundamental”.
Para el PCE el futuro de El Bierzo
pasaría por el aprovechamiento de la tradición industrial y energética de la
comarca, los proyectos ya asentados, acompañados por nuevas iniciativas que
pasan por una empresa pública de producción industrial de energías renovables
(molinos, placas fotovoltaicas, etc.) en colaboración con una eléctrica pública
y el reimpulso a la CIUDEN. Además, apuntan hacia la industria de
transformación agroindustrial “para no perder el valor añadido” y un proyecto
integral de restauración de espacios degradados por la minería que incluya el
aprovechamiento público de recursos mineros para la producción de energía
hidroeléctrica en pozos abandonados. Isabel Maroto concluye
que “es hora de reconstruir económicamente El Bierzo para recuperar el futuro.”