El
PCE se suma a la convocatoria estatal del movimiento feminista de Alicante de
hacer un llamamiento de protesta ocupando las calles todas las ciudades de
España con marchas nocturnas el 20 de septiembre: “las mujeres queremos ser
libres, las calles y las noches también son nuestras y nos queremos vivas”.
A
lo largo de nuestra vida las mujeres sufrimos las violencias machistas de un
sistema patriarcal que nos somete, nos oprime y nos deja vulnerables. Los
diferentes gobiernos y sus acciones políticas para acabar con la desigualdad y
las violencias a las que estamos sometidas han sido insuficientes porque no
pretenden transformar la sociedad, ni ahondar en la desigualdad estructural (la
pobreza mantiene el rostro de mujer), ni erradicar las conductas machistas, ni
cambiar los roles y estereotipos que nos cosifican.
Somos
más de mil las mujeres asesinadas según las estadísticas oficiales que
comienzan a realizarse en el año 2003, ese es el número oficial. La realidad es
que son centenares, mayores y menores de edad, invisibilizadas pues la ley
contra la violencia machista no las contempla debido a su relación con los
asesinos.
Según
el observatorio feminicidio.net, sesenta y nueve mujeres han sido asesinadas en
lo que llevamos de año. Los asesinatos machistas son la punta del iceberg de
todas las violencias que el patriarcado ejerce continuamente sobre nosotras.
Acoso, agresiones, abusos, trata, violaciones están a la orden del día.
La situación es insostenible. Estamos hartas. Las mujeres
tenemos derecho indiscutible a ocupar el espacio público como y cuando nos dé
la gana, sin miedo.
El
incremento de las agresiones sexuales que sufrimos es terrible sin que las
instituciones y organismos obligados a nuestra protección hagan nada.
Es
imprescindible abordar la violencia machista como una “cuestión de estado”.
El
neoliberalismo nos ha convertido en mercancía; trata de mujeres y menores,
turismo sexual y prostitución no se pueden disociar. Un “negocio” que mueve en
nuestro país diariamente más de cinco millones de euros.
Son
intolerables campañas como la de la Comunidad de Andalucía que, junto a mujeres
sonrientes, afirma: “ella ha sufrido malos tratos, pero la vida siempre es más
fuerte”. Una campaña que ha costado 1,2 millones €, es una forma más de
violencia institucional hacia las mujeres.
¡Exigimos medidas integrales y apuestas valientes YA!
¡Hacemos un llamamiento a reaccionar contra estas violencias que nos matan, a
movilizarnos contra la desigualdad que nos convierte en ciudadanas de segunda!