La industria
leonesa se ha reducido entre un proceso de reconversión, desmantelamiento y
deslocalización y otro de concentración empresarial, control de las pequeñas
producciones agropecuarias y drenaje de la riqueza a otras partes de la cadena
de valor y territorios. La política industrial ha oscilado entre la inacción,
la falta de regulación y estímulos o incentivos al cierre, cómo en el sector
minero-energético. En otro punto, subvenciones, incentivos fiscales o regalos
de suelo para atraer a empresarios. La iniciativa privada ha sido incapaz de
cubrir las necesidades de la provincia, no genera empleo suficiente y la deja
en manos de un puñado de accionistas.
El objetivo del
PCE es reindustrializar León para hacer frente a los retos del futuro. El
Estado debe cumplir con su función: desarrollo económico, crear empleo, fijar
población y reindustrializar en base a las necesidades básicas de la población,
los recursos endógenos y la tradición industrial, teniendo en cuenta las
exigencias sociales y las necesidades ambientales. En este proceso los sectores
estratégicos deben estar en manos públicas para su planificación y control
social. Reorientar la industria asentada y reconstruir un sector industrial
sólido son los dos primeros pasos para reindustrializar.
Un polo
industrial de empresas de carácter público debe liderar el proceso de plantear
un modelo económico alternativo, con la participación de los ayuntamientos y
otras administraciones públicas, las organizaciones sindicales y agrarias.
El Estado debe
intervenir en la economía productiva directamente, proteger los activos
industriales en crisis aportando financiación, estabilidad y futuro. Las ayudas
públicas deben tener como contrapartida las acciones. Las inversiones deben ir
destinadas a reorientar la actividad, potenciar el empleo y reinvertir parte de
los beneficios. La nacionalización de industrias que no cumplen las garantías
mínimas de calidad del empleo es condición necesaria. La reconstrucción
industrial no debe ser la suma de distintas partes inconexas sino partir de una
visión integral y multilateral de los distintos sectores económicos. Una palanca
para el desarrollo, la transformación del modelo, el impulso al medio rural, la
creación de empleo de calidad y la fijación de población. Debemos asociar los
ingresos de las empresas público-privadas, con otras partidas presupuestarias,
a la creación de infraestructuras y servicios sociales que mejoren la calidad
de vida.
Las SEPI, deben
dirigir este proceso en colaboración con otras instituciones regidas por los
criterios de participación, estabilidad en la inversión, tendencia a la
rentabilidad y acumulación de capital para fijar precios justos y reinversión
de beneficios. La creación de un banco público de inversión industrial debe ser
clave en este proceso. Las entidades públicas pueden funcionar con una tasa de
rentabilidad menor que las privadas, pero altas desde un punto de vista social
y medioambiental.
3.1 La agroindustria para mantener la riqueza en el medio rural
La industria
agroalimentaria debe constituirse en herramienta para la diversificación
económica del medio rural y el apoyo a las pequeñas y medianas explotaciones
agro-pecuarias y cooperativas. Mantener en León el valor añadido que genera la
transformación y distribución y ofrecer precios justos a agricultores/as y
ganaderos/as y permitir un mayor control de la cadena alimentaria, los canales
de distribución y la recuperación de los excedentes, creando así empleo de
calidad, son otros objetivos.
Un conjunto de
empresas públicas, participadas por las organizaciones agrarias, sindicatos,
ayuntamientos, Estado y Junta, que se convierta en un actor determinante en el
mercado y pueda intervenir la fijación de precios justos para las pequeñas
explotaciones, equilibrando la balanza de poder en la toma de decisiones
económicas, para el desarrollo de las comarcas y la soberanía alimentaria. El Estado
debe aportar a la valorización de los recursos endógenos, no deslocalizables y
ofrecer protección frente a las importaciones a precios bajos.
Medidas para el
desarrollo del sector cárnico
proponemos ganaderías de gestión pública a través de las mancomunidades de
ayuntamientos con la implicación de los agentes sociales y vinculación con la
transformación (mataderos, salas de despiece públicas al servicio de las
cabañas y productores, fábricas comarcales de embutidos, y envase) y
distribución. Fomento de la transformación a pequeña escala de los productos
lácteos y vinculación con cooperativas y empresas público de mayor tamaño.
Gestión forestal sostenible integrando
prevención de incendios, cabañas ganaderas, aprovechamiento de la masa
forestal, fomento de la biomasa y abonos naturales.
Creación de una
empresa pública de recogida, transformación comercialización y distribución de productos agroalimentarios con sello de
calidad y precios justos para
productores/as y consumidoras/es.
Creación de una
factoría de transformación (envase, conservación, etc.) de la castaña (harina,
repostería, etc.) y productos hortofrutícolas, (pimiento, cereza, pera,
manzana, etc.). Nacionalización de las plantas azucareras. Prohibir la
exportación de productos en bruto mediante fábricas de transformación del
lúpulo, transformación de alimento para el ganado, envasado y transformación de
legumbres y cereales.
Otros sectores
claves fundamentales para el impulso y la valorización del esfuerzo productivo
son la financiación pública, los insumos
y la comercialización. Es necesaria la creación de una “Entidad de crédito
Agrícola” financiada por la Junta y gestionada por los agentes sociales. Acotar
el poder de las grandes cadenas de venta en el producto final, del comercio de
insumos, productos fitosanitarios o intermedios mediante la participación o
creación de empresas que intervengan, investiguen y desarrollen el sector en
colaboración con cooperativas y la universidad. Tender a la progresiva
nacionalización de las grandes empresas de insumos y materiales agrícolas
(fertilizantes, pesticidas, alimentos, energía, maquinaria, etc.).
Industria
pública de investigación y desarrollo de métodos de agricultura 4.0,
teledetección, sistemas de información geográfica, GPS y herramientas para la
toma de decisiones, en colaboración con la Universidad de León.
3.2. La energía para mover el cambio de modelo
La provincia de
León, rica en recursos energéticos, fue una de las grandes protagonistas del
desarrollo industrial español durante el siglo XX. Las regiones mineras,
especialmente Laciana, El Bierzo y la Montaña central y oriental, se
convirtieron en la cabeza de la electrificación del país que culminó con la
creación de una empresa pública de energía, fundada en Ponferrada (ENDESA).
Asociada a esta potente industrialización, llegó el movimiento obrero donde el
PCE tuvo una importancia fundamental.
Durante los últimos años del siglo XX y
principios del XXI, comienzan las privatizaciones del sector energético y la
reconversión industrial, que daría lugar al desmantelamiento de la minería y
con ella todos los trabajos asociados. Con el fin de diversificar la economía,
se concedieron grandes subvenciones a empresarios mineros, especialmente
Victorino Alonso. Estás subvenciones no recaería en las comarcas afectadas,
convirtiéndose en meras ganancias para los especuladores o siendo invertidas a
cientos de kilómetros en sus nuevos negocios. Sin embargo las grandes empresas
energéticas si han hecho su propia reconversión y llevan más de 30 años desarrollando
nuevos mercados, aparentando ser "verdes" con falsas promesas donde
encarecen los precios, olvidando el carácter de servicio público.
Pese a que el
objetivo de estas subvenciones era "la transición justa" quedó
completamente anulado, y no tuvo ningún tipo de control, tanto el PSOE como el
PP han intentado vender una transición energética que no ha perjudicado a nadie
cuando incluso décadas después de que empezara el proceso tenemos a cientos de
trabajadores/as que perderán su puesto sin alternativa.
No obstante, la provincia sigue siendo rica en
recursos mineros, forestales, agrícolas, que pueden ser aprovechados, pero para
ello la iniciativa pública debe intervenir, contrariamente a lo que nos vende
el discurso neoliberal. Así pues, existen ya varios estudios para el
aprovechamiento hidroeléctrico con agua procedente de explotaciones abandonadas
en la minería del carbón.
Por otro lado,
la CIUDEN interpuso un futuro de esperanza para el carbón. Esta fundación
pública supuso la posibilidad de continuar utilizando carbón evitando el 90% de
las emisiones de CO2, además de convertirse en un centro de investigación y
desarrollo pionero en el mundo. Actualmente se encuentra completamente
paralizada, siendo objeto de promesas electorales en los partidos del régimen
que finalmente no se cumplen. Se debe dar un impulso a la CIUDEN en tareas
relacionadas con energías limpias y la mitigación del cambio climático.
No menos
importantes son otros aprovechamientos, como los residuos de la industria
agrícola que generan sinergias con el sector energético. También pequeños
proyectos cómo empresas municipales de electricidad aprovechando pequeños
saltos de agua o la instalación de placas fotovoltaicas.
Por todo ello, las actuaciones del PCE en
cuanto a política energética tienen que ir encaminadas a la puesta en marcha de
los recursos de la provincia, apoyados por la investigación y el desarrollo,
siempre desde la iniciativa pública. Insertándolos en el plan de
reindustrialización que aproveche la tradición, saber hacer e infraestructura
industrial y energética con nuevas iniciativas cómo una empresa pública de
producción industrial de energías renovables (molinos, placas fotovoltaicas,
etc.) en colaboración con una eléctrica pública y el reimpulso a la CIUDEN.
3.3. Industria para la transformación social y
medioambiental.
El futuro de
León pasaría por el aprovechamiento de la tradición industrial y energética
provincial, los proyectos ya asentados, acompañados por nuevas iniciativas. El
aprovechamiento de ese saber hacer (know
how) y experiencia técnica es una herramienta para el cambio social y
medioambiental.
Las necesidades
sociales ligadas a la eficiencia energética, la vivienda, la renovación de los
edificios públicos, la instalación de nuevas infraestructuras y la articulación
del transporte público podrían ser nuevos vectores de desarrollo. La
implementación de la industria 4.0 a través de la investigación y el desarrollo
en empresas tractoras una clave desde la que abordar la diversificación y el
cambio de modelo. La empresa pública en condiciones de baja rentabilidad
inicial se impone como el actor indiscutible. Abordar el reto del cambio
tecnológico y la productividad es una clave en los que la universidad y los
institutos tecnológicos aplicados, deben ser una realidad. En ella el Instituto
Nacional de ciberseguridad (INCIBE) es una herramienta sobre la que desarrollar
el I+D+i.
Los sectores
económicos tractores serían el farmacéutico y biotecnológico, el agro
industrial, el energético, el siderúrgico y metalmecánico, y los pequeños
proyectos comarcales. Además, el sector logístico tendrá que cumplir un papel
clave.
Sector energético: creación de una
empresa pública de producción industrial de energías renovables componentes de
aerogeneradores, placas fotovoltaicas y componentes hidroeléctricos. Ligada a
proyectos de producción, distribución eléctrica y construcción de nuevas
infraestructuras energéticas, parques eólicos, mejora de las redes eléctricas,
etc.
Metal-mecánico: Impulso a empresas
consumidoras de los sectores siderometalúrgicos de la provincia a través de
empresas de mantenimiento de maquinaria, fabricaciones auxiliares de
soldaduras, calderería industrial. Fábrica de componentes de maquinaria
agrícola.
Biotecnología-farmacéutica: Desarrollo
de proyectos complementarios en la industria farmacéutica y los servicios de
salud: medicamentos genéricos, vacunas veterinarias, biotecnología, a partir de
la realidad industrial actual y el desarrollo del parque tecnológico de León.
Construcción: Empresa pública de
construcción, rehabilitación de viviendas y edificios públicos a través de la
potenciación de la producción provincial de vidrio, cemento, madera o metálica.
Proyectos locales: pequeños proyectos
locales ligados a las realidades comarcales.
3.4 Elevar el sector logístico a la posición estratégica en que se encuentra León
La provincia de
León tiene una posición estratégica en el conjunto de la península Ibérica como
enlace entre la meseta y Galicia y Asturias y la conexión del norte de Portugal
con España. Sin embargo es una provincia infrautilizada para infraestructuras.
El sector está
controlado por grandes empresas privadas sin vinculación con el territorio cómo
Mercadona, Inditex o Decathlon y con un empleo creciente pero precario. El
proceso de robotización y sus beneficios no revierten en la mejora de las
condiciones laborales o en inversiones productivas en la zona.
La
reindustrialización de la provincia y el desarrollo del sector logístico deben
correr parejos. Para su desarrollo es necesaria la creación de una gran empresa
pública que sirva de impulso al sector logístico, impulsada por las SEPI, el
desarrollo del futuro polígono de Torneros, el impulso del ferrocarril de
mercancías, la recuperación de la vía de La Plata y la creación de industrias
ligadas al mantenimiento y desarrollo, la construcción de puertos secos en
León, Astorga y Ponferrada y la creación de industrias ligadas al mantenimiento
y desarrollo.