miércoles, 18 de marzo de 2020

La industria, el corazón del desarrollo de León


La industria leonesa se ha reducido entre un proceso de reconversión, desmantelamiento y deslocalización y otro de concentración empresarial, control de las pequeñas producciones agropecuarias y drenaje de la riqueza a otras partes de la cadena de valor y territorios. La política industrial ha oscilado entre la inacción, la falta de regulación y estímulos o incentivos al cierre, cómo en el sector minero-energético. En otro punto, subvenciones, incentivos fiscales o regalos de suelo para atraer a empresarios. La iniciativa privada ha sido incapaz de cubrir las necesidades de la provincia, no genera empleo suficiente y la deja en manos de un puñado de accionistas.

El objetivo del PCE es reindustrializar León para hacer frente a los retos del futuro. El Estado debe cumplir con su función: desarrollo económico, crear empleo, fijar población y reindustrializar en base a las necesidades básicas de la población, los recursos endógenos y la tradición industrial, teniendo en cuenta las exigencias sociales y las necesidades ambientales. En este proceso los sectores estratégicos deben estar en manos públicas para su planificación y control social. Reorientar la industria asentada y reconstruir un sector industrial sólido son los dos primeros pasos para reindustrializar.
Un polo industrial de empresas de carácter público debe liderar el proceso de plantear un modelo económico alternativo, con la participación de los ayuntamientos y otras administraciones públicas, las organizaciones sindicales y agrarias.
El Estado debe intervenir en la economía productiva directamente, proteger los activos industriales en crisis aportando financiación, estabilidad y futuro. Las ayudas públicas deben tener como contrapartida las acciones. Las inversiones deben ir destinadas a reorientar la actividad, potenciar el empleo y reinvertir parte de los beneficios. La nacionalización de industrias que no cumplen las garantías mínimas de calidad del empleo es condición necesaria. La reconstrucción industrial no debe ser la suma de distintas partes inconexas sino partir de una visión integral y multilateral de los distintos sectores económicos. Una palanca para el desarrollo, la transformación del modelo, el impulso al medio rural, la creación de empleo de calidad y la fijación de población. Debemos asociar los ingresos de las empresas público-privadas, con otras partidas presupuestarias, a la creación de infraestructuras y servicios sociales que mejoren la calidad de vida.
Las SEPI, deben dirigir este proceso en colaboración con otras instituciones regidas por los criterios de participación, estabilidad en la inversión, tendencia a la rentabilidad y acumulación de capital para fijar precios justos y reinversión de beneficios. La creación de un banco público de inversión industrial debe ser clave en este proceso. Las entidades públicas pueden funcionar con una tasa de rentabilidad menor que las privadas, pero altas desde un punto de vista social y medioambiental.

3.1       La agroindustria  para mantener la riqueza en el medio rural


La industria agroalimentaria debe constituirse en herramienta para la diversificación económica del medio rural y el apoyo a las pequeñas y medianas explotaciones agro-pecuarias y cooperativas. Mantener en León el valor añadido que genera la transformación y distribución y ofrecer precios justos a agricultores/as y ganaderos/as y permitir un mayor control de la cadena alimentaria, los canales de distribución y la recuperación de los excedentes, creando así empleo de calidad, son otros objetivos.
Un conjunto de empresas públicas, participadas por las organizaciones agrarias, sindicatos, ayuntamientos, Estado y Junta, que se convierta en un actor determinante en el mercado y pueda intervenir la fijación de precios justos para las pequeñas explotaciones, equilibrando la balanza de poder en la toma de decisiones económicas, para el desarrollo de las comarcas y la soberanía alimentaria. El Estado debe aportar a la valorización de los recursos endógenos, no deslocalizables y ofrecer protección frente a las importaciones a precios bajos.
Medidas para el desarrollo del sector cárnico proponemos ganaderías de gestión pública a través de las mancomunidades de ayuntamientos con la implicación de los agentes sociales y vinculación con la transformación (mataderos, salas de despiece públicas al servicio de las cabañas y productores, fábricas comarcales de embutidos, y envase) y distribución. Fomento de la transformación a pequeña escala de los productos lácteos y vinculación con cooperativas y empresas público de mayor tamaño.
Gestión forestal sostenible integrando prevención de incendios, cabañas ganaderas, aprovechamiento de la masa forestal, fomento de la biomasa y abonos naturales.
Creación de una empresa pública de recogida, transformación comercialización y distribución de productos agroalimentarios con sello de calidad y  precios justos para productores/as y consumidoras/es.
Creación de una factoría de transformación (envase, conservación, etc.) de la castaña (harina, repostería, etc.) y productos hortofrutícolas, (pimiento, cereza, pera, manzana, etc.). Nacionalización de las plantas azucareras. Prohibir la exportación de productos en bruto mediante fábricas de transformación del lúpulo, transformación de alimento para el ganado, envasado y transformación de legumbres y cereales.
Otros sectores claves fundamentales para el impulso y la valorización del esfuerzo productivo son la financiación pública, los insumos y la comercialización. Es necesaria la creación de una “Entidad de crédito Agrícola” financiada por la Junta y gestionada por los agentes sociales. Acotar el poder de las grandes cadenas de venta en el producto final, del comercio de insumos, productos fitosanitarios o intermedios mediante la participación o creación de empresas que intervengan, investiguen y desarrollen el sector en colaboración con cooperativas y la universidad. Tender a la progresiva nacionalización de las grandes empresas de insumos y materiales agrícolas (fertilizantes, pesticidas, alimentos, energía, maquinaria, etc.).
Industria pública de investigación y desarrollo de métodos de agricultura 4.0, teledetección, sistemas de información geográfica, GPS y herramientas para la toma de decisiones, en colaboración con la Universidad de León.

3.2.      La energía para mover el cambio de modelo


La provincia de León, rica en recursos energéticos, fue una de las grandes protagonistas del desarrollo industrial español durante el siglo XX. Las regiones mineras, especialmente Laciana, El Bierzo y la Montaña central y oriental, se convirtieron en la cabeza de la electrificación del país que culminó con la creación de una empresa pública de energía, fundada en Ponferrada (ENDESA). Asociada a esta potente industrialización, llegó el movimiento obrero donde el PCE tuvo una importancia fundamental.
 Durante los últimos años del siglo XX y principios del XXI, comienzan las privatizaciones del sector energético y la reconversión industrial, que daría lugar al desmantelamiento de la minería y con ella todos los trabajos asociados. Con el fin de diversificar la economía, se concedieron grandes subvenciones a empresarios mineros, especialmente Victorino Alonso. Estás subvenciones no recaería en las comarcas afectadas, convirtiéndose en meras ganancias para los especuladores o siendo invertidas a cientos de kilómetros en sus nuevos negocios. Sin embargo las grandes empresas energéticas si han hecho su propia reconversión y llevan más de 30 años desarrollando nuevos mercados, aparentando ser "verdes" con falsas promesas donde encarecen los precios, olvidando el carácter de servicio público. 
Pese a que el objetivo de estas subvenciones era "la transición justa" quedó completamente anulado, y no tuvo ningún tipo de control, tanto el PSOE como el PP han intentado vender una transición energética que no ha perjudicado a nadie cuando incluso décadas después de que empezara el proceso tenemos a cientos de trabajadores/as que perderán su puesto sin alternativa.
 No obstante, la provincia sigue siendo rica en recursos mineros, forestales, agrícolas, que pueden ser aprovechados, pero para ello la iniciativa pública debe intervenir, contrariamente a lo que nos vende el discurso neoliberal. Así pues, existen ya varios estudios para el aprovechamiento hidroeléctrico con agua procedente de explotaciones abandonadas en la minería del carbón.
Por otro lado, la CIUDEN interpuso un futuro de esperanza para el carbón. Esta fundación pública supuso la posibilidad de continuar utilizando carbón evitando el 90% de las emisiones de CO2, además de convertirse en un centro de investigación y desarrollo pionero en el mundo. Actualmente se encuentra completamente paralizada, siendo objeto de promesas electorales en los partidos del régimen que finalmente no se cumplen. Se debe dar un impulso a la CIUDEN en tareas relacionadas con energías limpias y la mitigación del cambio climático.
No menos importantes son otros aprovechamientos, como los residuos de la industria agrícola que generan sinergias con el sector energético. También pequeños proyectos cómo empresas municipales de electricidad aprovechando pequeños saltos de agua o la instalación de placas fotovoltaicas.
 Por todo ello, las actuaciones del PCE en cuanto a política energética tienen que ir encaminadas a la puesta en marcha de los recursos de la provincia, apoyados por la investigación y el desarrollo, siempre desde la iniciativa pública. Insertándolos en el plan de reindustrialización que aproveche la tradición, saber hacer e infraestructura industrial y energética con nuevas iniciativas cómo una empresa pública de producción industrial de energías renovables (molinos, placas fotovoltaicas, etc.) en colaboración con una eléctrica pública y el reimpulso a la CIUDEN.


3.3.      Industria para la transformación social y medioambiental.
El futuro de León pasaría por el aprovechamiento de la tradición industrial y energética provincial, los proyectos ya asentados, acompañados por nuevas iniciativas. El aprovechamiento de ese saber hacer (know how) y experiencia técnica es una herramienta para el cambio social y medioambiental.
Las necesidades sociales ligadas a la eficiencia energética, la vivienda, la renovación de los edificios públicos, la instalación de nuevas infraestructuras y la articulación del transporte público podrían ser nuevos vectores de desarrollo. La implementación de la industria 4.0 a través de la investigación y el desarrollo en empresas tractoras una clave desde la que abordar la diversificación y el cambio de modelo. La empresa pública en condiciones de baja rentabilidad inicial se impone como el actor indiscutible. Abordar el reto del cambio tecnológico y la productividad es una clave en los que la universidad y los institutos tecnológicos aplicados, deben ser una realidad. En ella el Instituto Nacional de ciberseguridad (INCIBE) es una herramienta sobre la que desarrollar el I+D+i.
Los sectores económicos tractores serían el farmacéutico y biotecnológico, el agro industrial, el energético, el siderúrgico y metalmecánico, y los pequeños proyectos comarcales. Además, el sector logístico tendrá que cumplir un papel clave.
Sector energético: creación de una empresa pública de producción industrial de energías renovables componentes de aerogeneradores, placas fotovoltaicas y componentes hidroeléctricos. Ligada a proyectos de producción, distribución eléctrica y construcción de nuevas infraestructuras energéticas, parques eólicos, mejora de las redes eléctricas, etc.
Metal-mecánico: Impulso a empresas consumidoras de los sectores siderometalúrgicos de la provincia a través de empresas de mantenimiento de maquinaria, fabricaciones auxiliares de soldaduras, calderería industrial. Fábrica de componentes de maquinaria agrícola.
Biotecnología-farmacéutica: Desarrollo de proyectos complementarios en la industria farmacéutica y los servicios de salud: medicamentos genéricos, vacunas veterinarias, biotecnología, a partir de la realidad industrial actual y el desarrollo del parque tecnológico de León.
Construcción: Empresa pública de construcción, rehabilitación de viviendas y edificios públicos a través de la potenciación de la producción provincial de vidrio, cemento, madera o metálica.
Proyectos locales: pequeños proyectos locales ligados a las realidades comarcales.



3.4       Elevar el sector logístico a la posición estratégica en que se encuentra León


La provincia de León tiene una posición estratégica en el conjunto de la península Ibérica como enlace entre la meseta y Galicia y Asturias y la conexión del norte de Portugal con España. Sin embargo es una provincia infrautilizada para infraestructuras.
El sector está controlado por grandes empresas privadas sin vinculación con el territorio cómo Mercadona, Inditex o Decathlon y con un empleo creciente pero precario. El proceso de robotización y sus beneficios no revierten en la mejora de las condiciones laborales o en inversiones productivas en la zona.
La reindustrialización de la provincia y el desarrollo del sector logístico deben correr parejos. Para su desarrollo es necesaria la creación de una gran empresa pública que sirva de impulso al sector logístico, impulsada por las SEPI, el desarrollo del futuro polígono de Torneros, el impulso del ferrocarril de mercancías, la recuperación de la vía de La Plata y la creación de industrias ligadas al mantenimiento y desarrollo, la construcción de puertos secos en León, Astorga y Ponferrada y la creación de industrias ligadas al mantenimiento y desarrollo.