Este 25 de noviembre que se da en el contexto de la crisis social y económica fruto de la pandemia del Covid-19, las mujeres sufrimos la violencia machista en nuestros hogares más silenciadas, más invisibilizadas y más agudizadas. El confinamiento, la pérdida de empleo y el teletrabajo nos ha recluido en casa, muchas a merced de maltratadores y otras que como cabezas de familia se han visto desamparadas por la falta de corresponsabilidad desde todos los ámbitos: administraciones, empresas y hogares.
Durante las primeras seis semanas de cuarentena se realizaron más de 4.000 detenciones por violencia machista. Aumentaron en más del 50% las llamadas al 016 y más de un 100% su uso online. Y en lo que llevamos de año 37 mujeres han sido asesinadas víctimas de violencia machista.
Asimismo, la pandemia del COVID-19 ha agudizado la
desigualdad entre mujeres y hombres y de clase que sufrimos las mujeres. Fuimos
las protagonistas con un gran riesgo de contagio en el ámbito sanitario y de
los cuidados (empleadas del hogar y atención domiciliaria). Incluso en otros
servicios esenciales como el comercio, la alimentación y la limpieza de
hospitales. Y desde que se ha iniciado el curso escolar también es esencial
otro sector feminizado, el del profesorado que ha reanudado las clases sin
medidas suficientes que reduzcan el riesgo de contagios.
Por otro lado, se estima que la nueva crisis económica va
a afectar potencialmente a las mujeres más vulnerables que, en muchos casos,
dependen económicamente de sus parejas.
La alianza del sistema capitalista y patriarcal se hace
más estrecha en condiciones de crisis y nos sitúan aún más indefensas ante las
violencias que sufrimos las mujeres, una cruel realidad que viene reflejada en
el resultado de la macro encuesta presentada recientemente por el Ministerio de
Igualdad, al desvelar que en España más de 11’5 millones de
mujeres hemos sufrido violencias por el hecho de serlo.
La macro encuesta refleja las limitaciones y las
insuficiencias de una ley de violencia de género que no abarca todas las
violencias machistas que sufrimos las mujeres, que permite interpretaciones de
sesgo patriarcal y que cuestiona a las víctimas. A eso añadimos la Justicia
Patriarcal, misógina y reaccionaria contra las mujeres que sufren violencias
machistas, hijos e hijas.
¡Basta ya de violencia institucional! Es imprescindible
la reversión de los servicios privatizados a públicos de calidad que garanticen
la atención, el buen trato y la protección de las víctimas de violencias
machistas.
Sin embargo, hoy las mujeres unidas, podemos ganar a la
alianza criminal del sistema capitalista y patriarcal. Por ello quienes la defienden nos temen, nos amenazan y nos
criminalizan con falsas acusaciones al feminismo y a las feministas.
Ellos nos quieren en casa, ellos nos quieren sometidas a
las violencias y a la desigualdad, ellos nos quieren para su servicio sexual,
prostituidas y esclavizadas. Para sus deseos que no derechos reproductivos,
utilizadas como incubadoras. Por ello no podemos aceptar ni tolerar más
discursos que provengan del trifachito de VOX, de C’s o del PP, que niegan las
violencias machistas y acusan a las mujeres feministas de feminazis.
Hoy las mujeres unidas, podemos ganar a la alianza
criminal porque tenemos en Unidas Podemos un altavoz en el gobierno y en el
Ministerio de Igualdad.
Desde el PCE reconocemos que es un avance el
anteproyecto de ley de libertad sexual que inició su tramitación el pasado 3 de
marzo y al que el Ministerio de igualdad ha incorporado
más de 70 alegaciones.
Vemos con satisfacción las medidas que hacen referencia a la infancia
como víctimas de violencia sexual y la incorporación de otras violencias, en la
prevención, atención y reparación. La futura ley considera violencias sexuales
las recogidas en el Título VIII del Código Penal: agresión, exhibicionismo y
provocación, prostitución y corrupción de menores, mutilación genital femenina,
el matrimonio forzado, el acecho y la trata con fines de explotación sexual,
así como la difusión digital de actos de violencia sexual, pornografía no
consentida y extorsión sexual. Y se recogerá también como violencia en la
reforma de la ley del aborto “los úteros de
alquiler”.
Desde el PCE vamos a seguir en la lucha contra
este sistema capitalista y patriarcal que explota, maltrata y mata. Llamamos a
la unidad, porque juntas somos más fuertes. Tenemos las piezas a favor, podemos
ganar la partida.
¡Jaque al patriarcado y al capital! ¡Vivas nos
queremos!