Un Bierzo mejor es
posible y se construye con la fuerza de la clase que lo levantamos día a día.
No hay atajos. Solo sirve la lucha. Pero también sabemos que, si luchamos, no hay metas imposibles. Nuestra fuerza está en la unión, en la organización y en la capacidad de pensar colectivamente salidas al callejón al que el sistema, sus representantes y las patronales nos han querido empujar. Se puede construir un Bierzo diferente si lo imaginamos juntas y juntos, y si peleamos por convertirlo en realidad. Hay salida, pero exige cambiar de políticas y poner a la clase trabajadora en el centro.




